Los hijos violentos con sus padres son personas temperamentalmente vulnerables o predispuestas a la tiranía, que son educados por padres que no pueden enfrentarse a la exigencia de una socialización tan difícil como la que ellos plantean (lo que es diferente a decir que la negligencia de los padres causa esa violencia).(D.Vicente Garrido Genovés, profesor de la Universidad de Valencia, criminólogo y psicólogo)
Perfil de estos menores:
- Egocéntricos
- Irresponsables.
- Escaso temor al castigo.
- No comprenden las explicaciones o razonamientos que se les da para justificar los castigos que se les imponen.
- No muestran dolor emocional. Parece que les cuesta mucho entender el sufrimiento que causan en los demás.
- Utilizan la violencia psicológica o física en sus casas para realizar sus propósitos.
- No tienen interés por los estudios. Para ellos el futuro es algo inexistente.
- Estan pendientes de hacer lo que desean en todo momento.
- En las chicas puede destacarse de modo extremo la promiscuidad sexual.
El menor no ha desarrollado la consciencia (principios morales que incluyen el sentimiento de culpa), como consecuencia de una empatía muy limitada y unas creencias distorsionadas acerca de la relación padres-hijos. Tienen unas creencias firmes sobre la escasa legitimidad que sus padres tienen para imponerles normas y los posibles castigos en caso de que quebranten aquellas.
El resultado de todo eso es una gran ira que se canaliza en forma de insultos, actos de vejación y conducta agresiva hacia los padres.
Muchos padecen también trastornos de conducta, como el TDAH (Déficit de atención con hiperactividad), TND (trastorno negativista-desafiante), TD (trastorno disocial).
Existen 6 niveles de agresión:
Nivel 1: Los menores en este nivel se sienten enrabietados cuando se les confronta o corrige. Intentan dar pena, que sus padres le digan "pobrecito" cuando ellos se quejan amargamente de lo que tienen que hacer (estudiar, arreglar el cuarto, volver a una hora determinada a casa, etc.).
Nivel 2: Los menores insultan a sus padres, les gritan y/o les acusan de no tratarles bien. Los padres pueden sentirse intimidados y temer quizás una agresión por su parte, pero en realidad están lejos de llegar a esto. No hay amenazas directas.
Nivel 3: Los menores emplean amenazas directas ("Te voy a romper la cara") a los padres, los hermanos o incluso a las mascotas de la familia. Sin embargo, nunca las han llevado a cabo. Del mismo modo, si bien ha podido dañar algunos objetos que ha arrojado, estos no son de gran valor, porque sabe que actuar así le pondrá en serios aprietos. El menor todavía tiene el control de la situación: está pensando sobre lo que implica cada acción que realiza. Los padres deben aprender a apreciar ese control, y no dejarse impresionar por el contenido de la amenaza: "Cuando estés durmiendo entraré y te mataré".
Nivel 4: Los menores dañan los objetos y muebles, o bien dan patadas a las paredes y hacen agujeros. También se incluyen los gestos claros de amenaza de violencia (como coger un martillo y decir "te voy a romper la cabeza"). Sin embargo, lo relevante es que el menor no agrede de hecho a nadie: rompe cosas o amenaza de forma gráfica, pero no la lleva a la acción.
Nivel 5: En este nivel la violencia se lleva a la práctica: se arrojan objetos a las personas, o estas mismas resultan empujadas o retenidas contra su voluntad. Sin embargo, el daño sufrido es mínimo (rozaduras, algún hematoma no muy grande...) y cuando este es grave no es intencionado (por ejemplo, el menor empuja a la madre, esta pierde el equilibrio y cae en mala postura, lesionándose de gravedad). En este nivel podemos tener dudas sobre la capacidad de control que tiene el joven, no en el sentido de que no pueda hacerlo, sino en el sentido de que ha aprendido a perderlo con facilidad en determinadas situaciones de frustración.
Nivel 6: La agresión es directa e intencionada; el menor quiere hacer daño. También incluye cualquier empleo de un arma para dañar, aunque el resultado no haya sido grave. También se incluye aquí la destrucción grave de la propiedad familiar.
En la comunidad autónoma de Cantabria se ha llevado a cabo un "Taller para padres" en el que se enseña a los padres de hijos violentos a reeducarlos y cambiar su conducta. Este taller ha sido un éxito y en otoño se implantará en el resto de comunidades.
Lectura recomendada: Los hijos tiranos: El síndrome del emperador (Vicente Garrido)
Próxima entrada: Entrevista a Elena Martínez Herrera (Educadora del Equipo de Intervención familiar del centro Territorial de Servicios Sociales de Torrelavega (Cantabria). Servicio de Atención a la Infancia, Adolescencia y Familia. ICASS del Gobierno de Cantabria. Nos explicará más sobre este tema.
HOLA, TENGO CINCO HIJOS MAYORES Y ADOLESCENTES, LOS MAS GRANDES HAN INTENTADO PEGARME, PERO POR INTERVENCION DE SU HERMANA MAS CHICA DE 15 AÑOS NO LO HAN LOGRADO TODAVIA, UNA TIEN 25 AÑOS SOLAMENTE EN DOS OPORTUNIDADES INTENTO PEGARME,OTRA 23 TAMBIEN IGUAL, OTRO TIENE 22 I HACE POCO CASI ME DA UN CACHETASO, EL DE 17 HUBO OPORTUNIDADES PERO POR AHORA A PASADO EL TIEMPO Y GRACIAS QUE YA NO TIENE ESAS ACTITUDES CONFIEZO QUE EN ALGUNAS OPORTUNIDADES YO ME DEFENDI. QUE PUEDO HACER
ResponderEliminarHola:
ResponderEliminarDebes acudir a los servicios sociales de tu ciudad o provincia, al departamento de Familia, niñez y adolescencia, explícales tu situación y ellos te ayudarán.
No tengas miedo en acudir o llamarles, estas situaciones se pueden solucionar para el bien tuyo y de tus hijos.
Te recomiendo que leas la siguiente entrada http://conocimientostraseldivan.blogspot.com.es/2012/08/entrevista-elena-martinez-herrera.html
Un abrazo y ánimo.