LAS RELACIONES INTERPERSONALES


                                        




 ¿Qué es lo que nos lleva a tener una relación de amor o de amistad con alguién?

 Existen cuatro factores que nos hacen iniciar una relación interpersonal:
- El principio de semejanza: Tendemos a sentirnos atraídos por otras personas semejantes a nosotros. Esto es así porque las personas semejantes nos ayudan a validar nuestro autoconcepto, nuestra forma de ver el mundo. Esto nos agrada pues es probable que dichas personas compartan nuetros mismos intereses y gustos.
- El principio de proximidad: Las personas a las que vemos con frecuencia o mantenemos contacto con frecuencia suelen caernos mejor. Al compartir nuestros mismos ambientes será más fácil establecer una relación interpersonal.
- El principio de reciprocidad: Nos sentimos atraídos por aquellas personas a las que creemos agradar. Si entramos a una tienda y la dependienta nos sonríe y nos mira con agrado, seguramente volveremos a entrar a esa tienda; Sin embargo si esa persona apenas nos dedica una mirada no nos sentiremos atraídos en absoluto y es probable que prefiramos ir a otro establecimiento. Esto es aplicable a cualquier situación.
 - El aumento de la atracción bajo condiciones de ansiedad y estrés: Bajo condiciones de ansiedad y estrés aumenta el deseo de contacto social, sobretodo con las personas que están en la misma situación que nosotros.

Para consolidar la relación necesitaremos tres componentes básicos: Intimidad, pasión y compromiso. Estos tres componentes clasifican los diferentes tipos de relaciones como sigue:
- Ausencia de amor: No hay intimidad, no hay pasión, no hay compromiso.
- Agrado: Hay intimidad pero no hay pasión ni compromiso.
- Encaprichamiento: Solo hay pasión.
- Amor vacío: Solo hay compromiso.
- Amor romántico: Hay intimidad y pasión, pero no compromiso.
- Amor compañero: Hay intimidad y compromiso, pero no pasión.
- Amor necio: Hay pasión y compromiso, pero no hay intimidad.
- Amor completo: Lo tenemos todo, intimidad, pasión y compromiso.

Si una de las dos personas desea uno de estos tres componentes y la otra no, se producirá una inestabilidad en la relación, que seguramente acabará en ruptura.

Los dos principales problemas que pueden hacer que la relación se tambalee y acabe son los problemas de comunicación y los celos.

La forma en la que se comunican las parejas (tanto en relaciones de amor como en amistad) será lo que asegurará o distanciará esa relación en el tiempo. Ante una situación conflictiva, las parejas que se llevan bien exhiben conductas que buscan disminuir el conflicto y hallar soluciones (cediendo en sus posturas, guardando silencio, etc.).  En las parejas con problemas se producirá un aumento del conflicto y no se respeterá la opinión del otro, se fomentará el distanciamiento y se dificulta la solución del problema.
Las mujeres afrontan en mayor medida los conflictos, son más expresivas emocionalmente y sus estados de ánimo son más extremos (más negativos o más positivos) que los de los hombres. Los hombres a su vez son menos expresivos emocionalmente y recurren más a conductas defensivas y de retirada ante un conflicto.

Por otra parte los celos surgen ante la sospecha real o imaginaria de amenaza a una relación que consideramos valiosa. La principal amenaza para los hombres es la infidelidad sexual, y para las mujeres la infidelidad emocional.
Los hombres creen que si una mujer mantiene relaciones sexuales con otra persona es porque está vinculada emocionalmente, pero las mujeres creen que si un hombre es infiel emocionalmente también lo será sexualmente, pero no al revés.

Lo principal en cualquier relación es respetar y ser respetado.